domingo, 5 de abril de 2009

Rita Boxer desde la pag.75 a la 84



20 de marzo de 2.002

Se puede decir que sí, que ha entrado la primavera. El cielo
contrasta con el verde de los campos y el sol me obliga
entornar los ojos. ¡Llegó la hora de poner cara de chino!
Me reconcilio con este pueblo recóndito y hostil cuando los
días son tan hermosos. Claro que nunca sentí aversión por sus
cielos y sus montes. El día que dichosamente salga de aquí,
me llevaré conmigo la naturaleza.
22 de marzo de 2.002
Nos vamos a Madrid. Rita lleva mal comiendo toda la
semana. No hay forma de darle su pienso, así no hay quien la
haga pasar de los 14kgs. No me alarmo porque está feliz y muy
fuerte.
Este día tiene como protagonista un evento nefasto que no
puede quedar desterrado por más que ello sería la solución: se
trata de la aprobación del Real Decreto 287/2002 de 22 de m arzo 1 4. El Gobierno se propone regular la posesión de
animales peligrosos, lanzando una ley más peligrosa aún. Un
catálogo que presenta con nombres y apellidos unas razas y
que, por aproximaciones, engloba a todas las demás.
Establece unos requisitos para su manejo convirtiendo a perros
en proscritos responsables de la irresponsable educación de
sus dueños. En Europa se sacaron del sombrero listas
similares que ya han suprimido o modificado. Nosotros nos
equivocamos estrepitosamente por no aprender de los errores
cometidos por nuestros vecinos. Morirán muchos animales
inocentes y se abandonarán a los demás provocando más
daños de los que se pretendieron. Y los ataques continuarán.
Es absurdo, falto de información y arbitrario acusar a los
animales de adiestramientos y técnicas que jamás podríamos
definir como innatas en ellos. En la Edad Media también se
juzgaban animales y condenaban a muerte por matar a sus
jinetes en accidentes o por creerlos endemoniados. Además,
me partiría de risa si no fuese tan grave, por el hecho de
determinar culpables a través de criterios tan peregrinos como
la longitud del pelo o características –loables en otros campos como
el valor (Todo el Anexo II es un compendio de
despropósitos racistas indiferente a la verdadera naturaleza del
perro y la causalidad de sus conductas).
Si un perro hiere a un niño o a otro perro analicemos las
causas que lo impulsaron a ese terrible acto e
irremediablemente, un ser humano (o más) aparecerán como
los verdaderos culpables, localizaremos al dueño y
erradicaremos el problema. Es tan sencillo que asombra.
¿De qué le sirve el bozal al perro que es acuciado por su
amo para atacar a su novia? ¿Quién fue el que no se puso el
bozal antes de salir de casa? ¿Por qué no se consulta a los
expertos (etólogos, veterinarios, educadores, responsables de
refugios y albergues, asociaciones proteccionistas) y después a
los empresarios? ¿Por qué no se busca en los ojos de un perro
para descubrir el dolor, el maltrato y la locura?
Desde aquí, me sumo a la petición seria y formal de elaborar
una Ley Europea para la Defensa de Los Animales y Plantas
que ponga a los culpables e inocentes donde corresponda.
Maravilloso si está incluida en la Constitución Europea que
ahora se está engendrando con el esfuerzo y entusiasmo de
todos. No nos dejéis a los amantes de los animales y ¡de la
vida! fuera de ella.
Quien por amor o compasión es incapaz de maltratar a un
animal, estará educado en la sensibilidad y el respeto por sus
propios semejantes.
Se respira por todas partes la atmósfera inquisitorial y de
quema pronta de víctimas y os hablo de Madrid, en donde
charlamos con "dueños de verdad", como sé que hay en toda
España, que sienten preocupación honda por lo que se
avecina. Reos de la prensa amarilla, sufrimos cada vez que
salimos a pasear con nuestros perros.
He de decir también que dueños de los "tristemente
malditos" perros alardean de su poder y potencial agresividad y
salen a la calle con ellos sin collares ni correas como si
quisieran terminar con el problema haciendo desaparecer al
resto de "competidores". Poderío que a ellos les falta. Esos
señores son "la rabia" a erradicar y el decreto no les afecta ni
contempla. El decreto mata al perro y cree que ha ganado. Sin
embargo, fue la vacuna la que erradicó la enfermedad, no la
muerte misma.
No hay cárcel para los organizadores de peleas de perros, ni
para los que matan a sus mascotas ni para los que las
abandonan en una cuneta poniendo en peligro la vida de
muchos. Los abuelos cogen a sus nietos en vilo cuando ven un
animal y los niños te miran interrogantes. Hace unos años el
perro era el mejor amigo del hombre.
¿QUIÉN ES AHORA EL MEJOR AMIGO DEL PERRO?
El ambiente y este decreto son caldo de cultivo para
ignorantes, miedosos e interesados que zanjarán cuestiones
denunciando a vecinos, amigos molestos porque sus perros
ladran o se cruzan ante ellos.
Habrá que esperar que la sociedad entre en razón. La
educación ética y el respeto deberían aplicarlos en los colegios
y en las casas primero, verían así lo majos que seríamos
TODOS. No se me enfade nadie sin antes haber meditado
serenamente mis palabras, no sin antes haber leído lo que le
ofrezco, de haberse informado. Es Justicia lo que reclamo. Que
el culpable pague sus culpas. Pero señores, no se equivoquen
de inculpado.
Quiero dejar claro que no estoy sola, al contrario, millones de
españoles, compartimos hogar y experiencias con perros y
gatos, los amamos y nos sentimos traicionados en lo que más
nos duele.
Las asociaciones caninas más afectadas no se hacen
esperar e informan, en diversos medios, de sus reacciones al
respecto. El Club del Bóxer ya ha tomado cartas en el asunto y
ha publicado varias notas en contra de dicha ley. También la
Asociación española del Dogo Argentino, enviando una Carta a la Real Sociedad Canina Española. Carmen Martín López (De
Chibouk)
hace otro tanto, ya que ella es criadora de dogos
argentinos y conoce muy bien el carácter de estos perros. Yo la
conozco por Boludo, un dogo argentino cordobés, salvado de
unos innombrables, y que, gracias a ella, tiene una estupenda
familia y una lista de premios en concursos caninos. A su vez,
Mariano Peinado Izquierdo, Presidente de la Federación
Internacional del American Pit Bull Terrier, publica en Internet
unas consideraciones sobre la tan desafortunada ley: ¿QUÉ
OCURRE CON LO DE LAS LEYES DE RAZAS
CANINAS PELIGROSAS? Y continúa aportando, según su
criterio e información, otros datos: “DATOS QUE NO
DEBERIAN PASAR POR ALTO TODOS LOS AMANTES DE
LOS ANIMALES, SOBRE ALARMA SOCIAL EN TORNO AL
AMERICAN PIT BULL TERRIER Y OTRAS RAZAS CANINAS,
QUE SE HAN PRODUCIDO EN ESPAÑA Y DE UNA MANERA
MUY SIMILAR EN OTROS PAISES”.
En fin, entre las noticias sobre irreales decretos y que Rita
no termina de llevarse bien con el pienso, el mes de marzo no
está siendo tan prometedor como la primavera parecía indicar.
Llega la Semana Santa y volamos hacia Madrid. Aunque Rita
vomitó a la mañana siguiente de llegar, es feliz. Casi diez días
maravillosos en los que ha conocido perros y perros distintos,
aprendido lo que son los parques con niños, y ¡sin niños! (qué
carilla triste, buscándolos); las señoras que levantan con un
ruido de mil demonios las persianas, las alfombras que vuelan
por "esos huecos grandes que tienen las casas", el terrorífico
camión de la basura; los saludos de la gente y las indiferencias
a las que no se acostumbra (ganan por aplastante mayoría los
saludos); los pájaros, las palomas (y los sustos que te da la
niña cuando se lanza sin freno tras ellas). La estupenda
manera de asimilar su nueva comida puesto que la anterior era
rechazada por su estómago. Las ganas de engullir todo el
suelo que pudiera abarcar (desde un polluelo tieso hasta
hierbajos varios y pedazos de chicle que ¡masca sin
problemas, cómo si fuese tabaco de los cowboys!), sin
intoxicarse, ¡qué suerte! Conoció la marcha de su papi y le
castigó a su regreso con "dolida indiferencia" para sorpresa del
progenitor. Nos enseñó lo que significa gruñir en un bóxer:
después de tanta indiferencia, tras el regreso del padre
pródigo, cuando volvíamos a casa juntos los tres del paseo
nocturno, se volvió para gruñirme sordamente. Nos asustó
porque tal y como están los ánimos sobre ese tema no
deseábamos tendencias agresivas pero las veíamos por todas
partes. Sin pegarle, por supuesto, le grité firmemente ¡NO! Ella
movió su colita y me miró intensamente preguntándose quizás
por mi enfado. ¡Con lo mimada que estuvo estos días! Mis
vecinos llamaban cada mañana para darle (y recibir) los
"buenos días". Era la estrella de la fiesta. La novedad. Nadie la
dejó en paz. Hasta los alérgicos jugaron con Rita demostrando
así que las alergias no llegan al corazón. Incluso los perros, a
los que teme porque apenas si tiene ocasiones agradables y
positivas en las que estrechar lazos con su propia especie,
fueron retados a jugar en los últimos días, de tan satisfactoria y
tranquila que estaba siendo su convivencia. ¡Qué bien nos
vinieron a todos esos días de afecto y relaciones! Un cachorro
debe acumular experiencias constructivas sin cesar. ¡Que todo
sea una aventura para él! ¡Que los niños sean sus hermanos!
Sólo así, de adulto, será equilibrado y feliz, no dejando jamás
que un ser humano sufra si él puede evitarlo. Por todo ello, no
comprendíamos ese gruñido repentino y nuevo.
Creemos que la socialización de Rita va a ser buena.
Suponemos, por ser la última en despegarse de su madre, que
ha convivido con ella y con sus hermanos, y otras personas,
hasta los dos meses y medio. Cierto es que nos salió algo
tímida, la niña, quizás debido al gran cambio sufrido al
separarla de su madre. Después, ya con nosotros, está
desarrollando su vínculo acertadamente tanto con perros (tal
vez algún cachorro impulsivo no debió cruzarse con ella, pero
la vida es así), como con personas. Sobre todo con las
personas. Ha tenido la inmensa suerte de relacionarse con las
que han entendido el cariño y cuidado de sus padres y lo han
respetado y adoptado entusiastas. Hasta las que se cruza por
la calle en las ciudades. Gracias a todos por eso. Verdadero
también que, en el pueblo, no ve tantos perros como sería
deseable, porque están todos encerrados tras las vallas y
cercas, lo que compensaremos con los viajes a Madrid y sus
juegos en el parque. Insisto muchísimo en caminar con ella y
detenerme junto a cualquier paseante perruno que tenga ganas
de ser amable.
Así mismo, hemos descubierto que no todo camino es un
lecho de rosas. Rita es alocada y no obedece sin la correa. Ya
estarán muchos diciendo "¿lo ves, lo ves?". Señores y señoras,
por favor, que tiene apenas cuatro meses. Un poco de la
paciencia que a mí tanto me falta. Esta desobediencia no es
inesperada si la analizo con serenidad: ese comportamiento
viene provocado por otro gran (y común) error de sus padres.
El más grave cometido hasta hoy día. Un cachorro es un lienzo
en blanco (como un bebé humano). Cualquier experiencia se
graba sin remedio y para modificarla hay que trazar encima una
huella más fuerte, puesto que la primera nunca se borra. Ella
es muy obediente, a la vez que un niño curioso desconocedor
de los peligros (varios) que le acechan dentro y fuera de casa.
Nuestra labor es prepararle para que sepa esquivarlos.
¿Cómo? Ella no aprenderá nunca que un coche puede matarla
si no sufre un golpe contra él. Ella no sabrá nunca que no debe
tomar detergente, anticongelante, lejía… porque envenena, si
no lo prueba primero. Es obvio que no vamos a atropellarle o
envenenarle "para que aprenda". Lo que debemos conseguir
es enseñarle que es ineludible, que haga lo que haga, al oírlo,
debe detenerse al momento y, ¡¡¡POR FAVOR!!! No soltéis
nunca al cachorro antes de que otra de las palabras mágicas
se convierta en un segundo sonido irresistible de obedecer:
Debe aprender jugando. Es la manera más sencilla, rápida y
contundente de que nunca se olvide.
Los grandes maestros experimentados15 nos explican que
las primeras lecciones deben ser con una cuerda muy larga
que no pueda romper, y que no tenga nada que ver con la
correa de sus paseos cotidianos. En un recinto cerrado, donde
no haya muchas distracciones o lo que haya sea usual para el
aprendiz, se comienzan las clases de unos diez minutos dos
veces al día. Divirtiéndonos, con risas y premios (caricias y
alabanzas unas veces y pequeñas golosinas inofensivas otras,
para que sienta curiosidad sobre qué felicitación se lleva en
cada ocasión), intercalando con juegos diferentes, se le llama
una y otra vez hasta que viene a ti con una carrera alegre y
alocada. Su nombre y la expresión "¡VEN AQUÍ!" deben
sonarle a campanillas y casi olerle a suculento plato de comida.
Algo maravilloso y divertido que no se puede rechazar. Cada
llegada ha de ser una fiesta. Aunque no venga por su propio
pie y seas tú el que tira, firme pero suavemente, de la cuerda.
Así cada día, durante semanas, hasta que esa orden la cumple
a rajatabla. Cien de cada cien. Paciencia infinita, os lo ruego
encarecidamente. Este paso se repite, después de logrado en
casa, en un espacio abierto, dándole un margen más amplio
los primeros días puesto que se distraerá a cada momento.
Cuando tenga el terreno reconocido, vuelta al tajo y así mil
veces si es necesario (sin machacar, unos veinte minutos
repartidos en dos veces cada día). Esto termina cuando una
vez superadas las fases anteriores, consigues que venga a ti,
con cuerdas cada vez más largas y finas, hasta que, sin tirar en
absoluto, no se resiste a obedecer las palabras hechizadas. Lo
que parece una condena (si os lo tomáis así, aunque en
realidad debería ser un momento de camaradería y diversión),
se convierte en una bendición cuando el amigo tiene año y
medio, corre como una liebre hacia el horizonte, la carretera
más próxima, un grupo de niños corriendo… y, sin embargo,
regresa a ti a la mínima que sientas que corre peligro y le
grites:
Si pierdes la calma y por tu comodidad lo sueltas antes de
esto, el astuto e inteligente perro comprobará en cuestión de
segundos que la libertad y la desobediencia pueden ligarse
fácilmente, asociadas a unas patas rápidas y muchas ganas de
investigar y hacer trastadas. Todo tu esfuerzo se habrá ido al
carajo (¡perdón!). Es que la experiencia de la Libertad no sacia
nunca.
No tengo títulos ni cursos sobre esto que no me hayan dado
la experiencia y la impaciencia. Nosotros la soltamos para ver
el fascinante espectáculo de sus carreras en pleno monte, por
su disfrute y por vagos. Ni siquiera sabía a qué sonaba el
"¡VEN AQUÍ!". Ahora, esa orden la obedece con un esfuerzo,
antes, apenas si la escuchaba, pensaba que se trataba de
volver a casa, de impedirle comer la exquisita guarrada y
todavía sigue pensando que es simplemente una reprimenda
por algo que ha hecho.
¿Cómo llegamos a esa situación indeseable? De una forma
natural y lógica: Es muy obediente en casa (DEMASIADO, diría
yo) entonces, nos confiamos. Sale a la calle y tiene miedo
de/curiosidad por todo. La correa le tira y sufres. La llevas al
campo, compruebas que no hay peligro y pruebas a disfrutar
de sus ansias. Rita se siente libre, nadie tira de la correa
eligiendo por ella, obligando. Corre, vuela, primero en cortos
intervalos, buscándote con la mirada para saber que no le
abandonas, después para conocer mil olores nuevos y
especimenes que palpitan a su alrededor. Viento, pájaros,
piedras, maderas, hormigas. La tierra huele bien, no hay asfalto
y las ramas crujen entre sus dientecillos afilados. Le llamas y
se lanza en carrera a por ti. Juegas, ríes y sientes que la
felicidad está contigo. Perfecto pero:
-¡Rita! ¿Dónde estás?, ¿Rita?, ¡RITA!, ¡QUÉ ASCO, QUÉ CO…LINES ESTÁS COMIENDOOO!
Y Rita conoce una tonalidad nueva de su nombre que
intuitivamente presagia tormenta. Piensa: “tú me enseñaste a
buscar y ahora que lo hago de maravilla ¿no te gusta?“
Huye con el premio en la boca. Te ve correr tras esa (CRASO
SEGUNDO ERROR. TERCERO SI CONTAMOS EL DEL
SOFÁ…) estela suya y a carcajadas confirma, aliviada, que no
le alcanzas ni con moto. Impreso en inocente lienzo suyo para
siempre que, SIN CORREA, "SOY LA QUE MANDA"
En mi desesperación, me enfado, grito y le regaño cuando,
por fin, vuelve tras ese nuevo ingenio más sandunguero que
ningún otro. Nunca tuvo intención de alejarse definitivamente,
sólo retozaba. Asombrada descubre que el campeonato acaba
fatal, castigada en casa y escuchando una regañina que
atemoriza. No sabe qué es lo malo, qué ha hecho mal. ¿Correr
como siempre? ¿Encontrar cosas ricas del suelo o regresar
con nosotros para contar lo bien que se lo ha pasado esta
tarde? Grabado a fuego se queda también que si vuelve
cuando la llamas, se lleva un castigo terrible así que, las
próximas veces, dudará aún más al escuchar nuestra llamada,
nos mirará desde la distancia muy quieta, tratando de adivinar
si le vamos a gritar como la otra vez y por qué. Es una bola de
nieve que crece sin parar. Yo le ponía golosinas por el suelo
hace apenas dos meses para que ella las encontrara por lo
que, ahora, no comprende por qué nos enfurece tanto que
aparezca con un hueso o un pájaro muerto hallados gracias a
aquel estupendo invento. Sin tener en cuenta su corta edad y
su inmensa curiosidad. Ha permanecido en casa dos meses
más de lo necesario y nada más salir al mundo, desbordante
de sensaciones, comienzan los castigos y prohibiciones. Lo
que en casa estaba bien en el campo está fatal.
No trato de aleccionar, humildemente os cuento nuestras
experiencias porque, de las equivocaciones cometidas, la
víctima será siempre el cachorro. Si le atropella un coche, si se
pierde o envenena, nuestros errores conllevarán un "funesto
castigo".
ABRIL
Rita lleva con nosotros casi tres meses. Poco tiempo para el
giro tan brusco al que han sido sometidas nuestras vidas. Las
experiencias con las que te enfrenta un perro siempre dejan su
impronta, su moraleja. A veces son duras lecciones pero
siempre enriquecen.
Este intenso mes de abril me planta de cara con la vida
obligándome a tomar una decisión: hacerme cargo de mis
pasos o esconderme tras la sombra del temor y la duda para
siempre. Rita y su fragilidad son el impulso que mi carácter
necesitaba para surgir y erguirse firme y satisfecho. Gracias a
ella comienzo a quererme. Me necesita y comprendo lo fuerte
que soy. Por primera vez en mi vida me siento capaz y quiero
liberarme. Ya no hay marcha atrás. Me rompo en mil pedazos
como un ave fénix resurgiendo más auténtica que nunca. Tal
vez peor, tal vez más drástica aunque más serena, más claras
mis ideas, más definidos mis anhelos. Lo que maltrata, lo que
duele o molesta es apartado de una vez por todas. Mi camada
estará a salvo. Como bien dice una amiga: “el mal no entra en mi casa”.
Aún nos queda muchísimo que aprender. Ahora somos una
familia que como un puzzle recién abierto, debe ordenar sus
piezas y cerrar esquinas. Una vez completados los bordes, se
continúa formando el interior. El nuestro va tomando color, sin
embargo aún no se distingue la imagen que lo viste.
Los correos intercambiados con mi amiga de la red repiten
tema: los gruñidos de Rita. ¿Recordáis lo que os conté? Me
preocuparon durante días hasta que supe conectarlos con la
causa que los provocaba: mi amiga cibernauta, por encima de
libros y foros sobre bóxeres, cachorros en general y Rita en
particular, me demuestra que sus gruñidos no son otra cosa
que una petición de marcha: "¡que el juego no se acabe!"
Cuando volvíamos del paseo, sobre todo si había sido corto,
cuando jugaba con sus juguetes nuevos, cuando la batalla
entre nosotros llegaba a su punto álgido… ¡Si, además, es que
es lo lógico! ¿Qué niño se va a la cama sin rechistar o entra en
casa después de un buen juego con una sonrisa y un "gracias
mamá" en los labios? Siempre quieren más. Su vitalidad les
pide quemar energías. Los cachorros y los niños son
tremendamente parecidos: incansables y remolones a la hora
de dejar lo bueno. Aunque la diferencia estriba en que Rita
nunca ha mostrado sus colmillos y nunca ha necesitado más
que un simple "¡BASTA!" para entender que se acabó la juerga.
Rubrica con un meneo de cola y un beso en los morros si te
pilla descuidado y todos tan felices.
Me explica mi amiga que el bóxer no es celoso ni le
preocupa su lugar en la familia mientras ocupe uno colmado de
cariño. Y es que ha entrado en mi mente un concepto nuevo
que no me gusta nada: L a Jerarquía (1 6), pero que está ahí,
rigiendo la vida de la mayoría de la especie animal, y me
aventuraría a decir que de manera aún bastante
desconocida, por mucho que se quiera decir lo contrario. Me
alegro de que Rita, a su manera, también la ignore.
Los días pasan. Recibo varios correos de mi amiga, este
mes, animándome a escribir sobre Rita. Con su inestimable
ayuda, mi amistad enchufada, que me cuenta cómo son estos
perros, hasta qué punto su sensibilidad se ha desarrollado para
gustar y ser queridos, su fantástico equilibrio emocional, su
inocencia… tan brutos como noblotes. Todo ello regado con
anécdotas, consejos y una intensa experiencia que comparte
generosamente conmigo haciéndose imprescindible, como si
también compartiese el resto de mi vida. Me enseña que la
amistad no tiene por qué basarse en la presencia física, se
fundamenta en la satisfacción de la entrega desinteresada. No
conozco su cara, ni el timbre de su voz, pero pocas personas
han llegado tan hondo, tan dentro de mí. Se convierte en mi
maestra, en mi gurú perruno. A ella le debo el empujón
definitivo que dio vida a estas páginas y al empellón categórico
que, de dentro hacia fuera, le aticé a la estúpida carcasa que
me había oprimido durante tantos años. Aún estoy en ello.
Gracias.
3 de abril de 2.002
Aunque parezca increíble, después de este interminable....



www.gorinkai.com/webppa/psico.htm www.interbuilders.com/caninaold/asp/consejos.asp
(“Relación Dueño-Perro. Jerarquía establecida”. Ruth González Liria. 21/08/2003)
www.gestiopolis.com/recursos/documentos/fulldocs/rrhh/maslowuch.htm


15 Entre otros muchos nada desdeñables, que irán apareciendo a lo largo del libro o al final
de éste, conocí, navegando como siempre, a los criadores De la Estribera, que me enseñaron
las primeras nociones de adiestramiento, las que fui desatendiendo con los meses. Algunas
son fundamentales, al igual que sucede con los bebés, o aprenden a obedecerte o hay que
llevarlos bien controlados para que no crucen una calle solos o se suban a sitios de los que se
pueden caer o coman cosas indeseables. (Nota de la A.)


14 BOE núm 74 Miércoles 27 marzo 2002 12290 Disposiciones generales Artículo 1.Objeto
6016 R. D. 287/2002, de 22 de marzo, por el que se desarrolla la Ley 50/1999, de 23 de
diciembre, sobre el régimen jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos. (…)

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