domingo, 5 de abril de 2009

RITA BOXER -de la pag. 64 a la 74

12 de marzo de 2.002
Hola, de nuevo. Rita está un poco enfadada. No quiere que
responda los mensajes del correo. No está papichuli y se
aburre. Hemos estado jugando todo el tiempo desde que se
despertó de la siesta y acabamos de hacer un trato: ella juega
con los restos de un hueso suyo (en la alfombra, justo al ladito
de mis pies) y yo os escribo un poquito.
Hoy ha sido un día aburrido porque hace muy malo (llueve) y
no hemos podido salir a corretear y a pastar (parece un cordero
en vez de un perro) pero ella no da ni gota de guerra (como
dice mi madre). Me encanta cuando puedo soltarla sin peligro.
Corre, busca, olfatea el viento, observa los pájaros... ¡qué
gente más sabia, los perros! Ellos sí que saben lo bueno de la
vida. Lo mejor es la carilla de dormida que tiene por las
mañanas. J. dice que es cuando más guapa está. Con esos
ojos tan dulces y tan profundos, las orejillas echadas hacia
atrás y su culillo moviéndose vertiginoso al ritmo del twist.
Todas las mañanas bailamos twist con ella mientras le decimos
"buenos días". Mis vecinos creerán que estamos locos pero es
GENIAL.
Yo no noto que se hace más grande (eso piensan algunos
de mí, que sigo siendo "la niña") pero todos me dicen que está
muy fuerte y que “claro que crece”. Yo veo su carita de
cachorro bueno, nada más. Aunque tiene la manía de darme
un beso y después un bocado en la nariz. (A J., en las orejas).
Esta mañana me ha hecho daño y se ha dado cuenta pero se
le olvida. Es que yo no paro de darle besos y es obvio: al final,
acaba hartándose; eso o que la tía es una cachonda y me pega
bocaos sin mala intención porque le hace gracia mi nariz
halconera.
Lo mejor de todo, a parte de salir los tres a jugar al monte,
es la siesta. En una parte del salón, que no es muy grande
pero no importa, hemos hecho una cama turca, con una manta
gorda y cojines, porque el sofá es más incómodo que la cama
de un faquir y ya se nos ha quedado pequeño. ¡Así que, a
pelearnos por el mejor sitio! J. se mosquea siempre porque
quiere estar a mi lado y ella se las apaña para meterse en el
medio. Yo me parto de la risa; al principio, nos sentamos
rápidamente y nos pegamos mucho para que ella no quepa,
pero viene corriendo y mete la cabeza entre nuestros cuerpos.
Resuenan las risas. Como no cabe, suspira y simula que se
pone a jugar con su rabo (¡ENCIMA DE NOSOTROS!) así que,
empezamos a movernos: -¡Cuidado Rita que me pisas la tripa!,
¡No, la cara no!; y cuando te quieres dar cuenta, se ha colado
entre los dos y se prepara para una laaargaaa modorra. Es
divertidísimo. Una vez que se ha hecho el rosco, la pelea es
para ver con quién de los dos se acuesta. A veces se ha
dormido a mi lado y él le da la vuelta despacio para que se
apoye en su tripa. Otras veces, reposa toda su cabeza en mi
cuello o en mi cara y así dormimos un buen rato. Y las más
raras veces, somos nosotros los que la incordiamos a ella,
-¡Rita mira esto!, ¡Rita hombre, juega conmigo!-. La tía suspira
de nuevo y se va a la otra punta porque la tenemos harta.
Hace unos días descubrimos sin querer, algo que nos hizo
llorar de risa. Jugando con sus pelotas de tenis, nos la
lanzamos entre nosotros y ella la intercepta por el camino, va
corriendo a por papi y entonces, él prueba a pedírsela (a veces
se la da, la mayoría sólo se la enseña), luchan juntos rebozándose
por el suelo cuando un día, él le dice: -"siéntate", una
broma absurda, sin venir a cuento para ver cómo reaccionaba
y, Rita, se sienta y ¡suelta la pelota! Pensamos que era
casualidad pero no, cada vez que le pides que se siente suelta
lo que tiene en la boca. Como nos reímos tanto, se sintió tan
satisfecha que ya no deja de hacerlo.
De verdad, es para comérsela.
Sus malos ratos los pasa en el coche, al que no tiene
verdadero afecto que digamos. ¡Si supiera que no tendrá más
remedio que acostumbrarse!: “no hay más tú tía”, hace falta el
auto hasta para comprar el periódico y no quiero dejarla sola en
casa tan pequeña. Por cierto, ¿con qué edad será aconsejable
hacerlo? Lo mínimo que tardamos en ir a la capital a comprar
son 4 horas. Todavía no me atrevo, me temo que se llevaría un
susto de muerte; dentro de casa me preocupa que provoque
algún estropicio y se haga daño y si la subo arriba, además del
frío que pela, el sitio donde puedo dejarla está techado pero no
tiene otros cuartos ni nada, es una habitación enorme con dos
ventanas y una puerta que da a una amplia terraza. Tampoco
hemos salido por ahí de noche todavía, ya sé que la gente no
tiene tantos reparos, sin embargo siento que si la primera vez
que me vaya para ella es una experiencia desagradable,
desconfiará siempre. ¿No creéis?
Rita se ha quedado dormida esperándome...
14 de marzo de 2.002
¿Deberá Rita salir a la calle cuando llueve a mares? Está
harta de la casa. Llevamos toda la semana con unas lluvias
que me encharcan el patio y la terraza y ayer acabó haciendo
sus necesidades en la alfombra porque se negaba a salir a… la
piscina. Se quiere comer las gotas pero eso le dura un
segundo, luego su intención es volver al calorcito, claro.
Para más INRI, comienzan sus problemas con el pienso, que
toma de esta forma:
Repartidos en tres tomas suele comer unos 600gr., aunque
las tablas recomendaban unos 400gr. En cuanto a cambiar a la
nueva marca, recomendada por los que más entienden de perros,
¡desde luego que lo haremos! Antes de que acabe este saco,
las mezclaremos. Además, fue la primera que tomó cuando
fuimos a buscarla a Madrid. Con tanto desconocimiento,
cambiamos a lo que te venden en los grandes almacenes sin
imaginarnos que aquella comida es poco más que pan rallado,
como me dicen algunos. Ahora se la ve muy satisfecha, no
como antes, que por más pelotitas que le daba, seguía
teniendo hambre. Llegué a pesar raciones de más de 800 grs.
De nuestro “papeo” ni hablamos. Sé de sobra que le
encantaría, por cómo vigila babeando mis guisos, no se me
olvide algún ingrediente. Sintiéndolo mucho, debe acostumbrarse
a que la comida de una mesa no es para ella, vaya
donde vaya. Desde el primer día, cuando nos sentamos a
comer, ella sola se va a su cama, a otra habitación, sin dar
vueltas alrededor ni pedirnos nada. Se echa una siestecita y en
cuanto oye sonidos de platos y cubiertos, viene a meter prisa.
¡Acabamos de sufrir otro apagón!
Madre mía yo no acabo de escribir en la vida. Rita ha
conocido al Sr. Rayo y al Sr. Trueno. Los ha respondido con un
ladrido muy serio. Uno solo. Como diciendo: "¡Aquí, ni
arrimarse, hombre!". La verdad, es que "a buen entendedor
pocas palabras bastan" y yo creo que con Rita, es demasiado
fácil ser buen entendedor. Si quiere jugar, si quiere comer, si
quiere ir a la calle o acaba de oír un ruido extraño; si viene J. o
si pregunta si ese sonido puede ser de él; si quiere asomarse al
balcón porque los niños salen del cole o si quiere cotillear quién
incordia tanto con esa moto...; si los vecinos arman demasiado
jaleo o si simplemente quiere hacer sus necesidades. Si se
enfada porque no quiere ir a dormir o si le encanta el olor que
sale de la cocina; si tiene ganas de mimos o acaba de hacer
una trastada y viene a contármelo. (Cuando hace sus
necesidades donde no debe, siempre viene un poco chulilla
pero confesando lo que ha hecho. No tengo más que escoltarle
hasta donde ella me indica y, efectivamente, allí está el cuerpo
del delito. Entonces, agacha la cabeza esperando el sermón y
sale pitando y dando saltos como un chico travieso...). Cada
frase que gasto yo es un gesto suyo claro y definido. Cada vez
más comprensible para mí. Su lenguaje se transparenta como
el agua clara. No hay dobleces, no hay mentiras, pero sí
muchos matices de amor y necesidad.
Creo que nuestra compenetración va a ser tan intensa que
tendré mucho de qué hablar. ¡Estoy embarcada en la aventura
más fascinante del mundo! Gracias por escucharme. En mi
mundo nadie le da la importancia a esta relación como se
debe. Y yo necesito contarle a todos las sensaciones que
estamos experimentando ambas, cada segundo del día.
Me viene a la mente una pregunta algo íntima ¿Cómo se
comportan otras chicas-bóxeres con los dueños? Me explico:
Mi chico es un tipo maravilloso, con un humor especial y su
forma totalmente humana de tratar a Rita puede parecer
chocante (le habla y le gasta bromas como si fuera una
persona); muchas veces puede parecer que no comprende
pero acepta sus juegos increíblemente. Por ejemplo: J. es
afortunado (yo también) y puede venir todos los días a
desayunar a casa: momento que aprovechamos para volver a
bailar twist los tres al saludarnos de nuevo... el caso es que
acostumbra a darle a Rita el correo y decirle: “-Anda, dáselo a
mamá-”; ella salía, le miraba muy seria con los papeles en la
boca los primeros días; los segundos, se los llevaba corriendo
y ahora...me trae los papeles encantada de la vida! No se
preocupó de explicarle qué tenía que hacer pero ella le
entiende. Una mañana se presentó en la cocina con un billete
de 5 euros y después de morirme de un ataque de risa,
lamenté terriblemente no haber tenido la cámara en la mano. Ni
siquiera lo había agujereado, simplemente estaba allí sentada,
mirándome con su billete "recién estrenado" en la boca. O le
canta canciones alegres inventándose las palabras y ella le
come a besos. También suele, sin decir ni mu, enroscarse
como un ovillito en el suelo esperando durante minutos a que
ella "eche cuenta de que está ahí" y se lance a por él. Ante
tanto surrealismo, podíamos pensar que la pirata acabaría
ignorándolo, craso error, porque despierta su curiosidad y ansia
de juego de una manera inteligente y positiva. Es más, le adora
y, hasta provoca mis celos. Al principio pensé con total
soberbia que "de esa manera tan absurda no te va a
comprender..." pero resulta que le entiende mejor que yo.
¡YO, yo que la mimo, le cuido, le doy de comer, le seco sus
patitas mojadas inmediatamente! ¡Le digo mil zalamerías, me
río de sus torpes pisotones y empujones, de sus lametazos y
de sus imprevisibles mordiscos! Mientras, ELLA, le adora, le
adora... Sí, sí son celos de niña pequeña pero es que alucino
porque él tiene menos paciencia, muchas trastadas no se las
tolera y sin embargo... LE ADORA.
¿POR QUÉ? Porque es hembra y él macho. ¡Digo yo! Me
divierte y me asombra pero no tomaré represalias con esos
dos... 
Después de sospechas tan SERIAS, cambio el rollo y os
cuento que nos vamos a Madrid este fin de semana. ¡Cumplo
años! y quiero celebrarlo con mi familia.
Cuidaré de Rita muy bien a pesar de LAS CURVAS.
Inevitables. No hay otra forma de salir de este pueblo que 20
Km. de curvas. Prometo que una vez superadas, le
compensaré con paseos, juegos y vida social. Tengo ganas de
que se relacione con otros perros. No puede pasar más tiempo
sin conocer a sus congéneres y jugar con ellos. En mi barrio
hay muchos, espero que sean "educados y amables" con ella.
De todas formas, trataré de buscar algún criador de bóxers
para que pueda jugar con cachorrotes de su tamaño y brío.
15 de marzo de 2.002
En fin, llega el día de mi cumpleaños y huyo del pueblo. Me
confundí al suponer que la gente del campo amaba y respetaba
a los seres con los que compartía esfuerzo, trabajo y vida. Me
equivoqué. No puedo generalizar porque erraría seguro pero el
índice de crueldad es tan alto, que debo ponerme en pie para
gritar la verdad que tanto molesta.
No creáis que en las ciudades todo es maravilloso, aunque
sí es cierto que existe otra sensibilidad hacia los animales. No
son objetos, son "mascotas" en las que vierten tensiones e
incapacidades diarias. La diferencia estriba en el número. Hay
tanta gente que también encuentras a "los buenos" con más
facilidad. "Los buenos" son los que no le hacen daño a nada ni
a nadie (para que no haya confusiones), pero no por cobardía o
indiferencia, sino por respeto y compasión.
17 de marzo de 2.002
No sé por dónde empezar...
Lo primero es lo primero: me entero de cómo colaborar con
La Fundación y me dispongo a recoger firmas aquí, por Madrid
y, por todas partes donde voy. La semana que viene estamos
fuera y aprovecharé para hacer campaña. Me encantará. La
Fundación me es dada a conocer por mi amiga de la red.
Trabajan por y para los animales maltratados de la península y
lo hacen con gran profesionalidad, aunque su labor es
vocacional y escasa en cuanto a medios. Las firmas que nos
ruegan recojamos son para eliminar el maldito proyecto de Ley
sobre perros peligrosos. La discriminación por motivo de razas
está a la orden del día en el mundo canino. Esto supondrá
muchos abandonos y muertes. Ya os hablaré con más detalle
en cuestión de días…
En cuanto a la educación de la peque, cada vez confío más
en que no lo hacemos muy mal, porque Rita responde con
perfección a las pocas cosas que queremos que aprenda. Lo
demás, que lo elija ella. Trato poco a poco de conseguir que
venga a mí sin dudarlo. Ante todo, su seguridad. Y que no coja
comida del suelo ni de nadie, a parte de eso, creo que poco
más le queda por aprender. El resto son juegos que sin darnos
cuenta, incorpora a su repertorio y nos divierten a los tres.
El viaje a Madrid fue estupendo a pesar de que llovió a
mares la mayor parte del camino. Es increíble ver cómo va
comprendiendo lo positivo de cada situación a la que se
enfrenta. Ha descubierto que "mola" mirar las cosas que hay a
través del cristal y pasó mucho tiempo sentada observando el
paisaje. Ya se pasea por el coche estirando las patitas y
volviéndose a colocar. Y cada vez que cruzábamos un sitio
cubierto y sin llover, parábamos a estirarnos todos y a respirar
aire fresco. No pareció marearse en ningún momento así que,
encantada de la vida.
Según llegó al barrio de mis padres ya supo dónde estaba.
Me guió hasta el portal y se puso de los nervios sólo de oír las
voces al otro lado de la puerta. Allí estuvimos J. y yo esperando
un par de horas a que mi familia y vecinos se dignasen a
saludar a los padres de la ¡criatura! Sí, sí no exagero. Y la niña
gozando por allí, dando saltos y besos sin parar. Creo que
adora aquel ambiente de gente que baja y sube pisos para
saludarla. Es emocionante porque han entrado en el "mundo
del bóxer" sin dudarlo y disfrutan muchísimo. Hoy, mi padre, no
quería despedirse de Rita. Mi vecina le invitaba a quedarse
esta semana y la propia Rita (que no está por la labor de tanto
coche) también hubiera pasado unos diítas con sus abuelos y
vecinos.
Sé que allí es totalmente feliz. Hay parques por todas partes
llenos de amigos y de otros perros con los que ha jugado y
corrido sin miedo alguno. Menos mal que aunque ha llovido,
pudimos salir muchas veces a la calle, puesto que lo ha hecho
de manera intermitente. Siempre la secábamos a conciencia, si
bien no hay peligro porque mis padres tienen un hogar calentito
y confortable (lleno de alfombras por doquier que nos permiten
estar tirados con ella por el suelo...). Nos reímos mucho porque
estaba tan contenta que no dejaba a nadie tranquilo. Sentados,
charlando un ratito después de cenar y ella ladrando a mi padre
para no dejarle meter baza. ¡Hasta le chafó el periódico! (lo leía
abierto del todo y casi ni asomaba) quedándose de patitas en
sus rodillas con la cara sonriente diciendo: ¡hazme caso,
hombre, que para eso estoy aquí! Mi madre se vio rodeada de
todos los juguetes de Rita para que eligiese con cuál jugar. Y
después tuve que enseñarle que todos se habían acostado
para conseguir que dejase de dar carreras por la casa a la 1.30
de la madrugada y se fuese a dormir un rato... (Cosa que hizo
sin rechistar... una vez que comprobó poniendo su nariz
pegada por completo a las puertas de cada habitación para
saber si era verdad que dormían o no).
El sábado fue un día intenso: nos respetó el tiempo por lo
que bajamos a la calle varias veces. Por la mañana jugó con un
perrillo pequeño (pero adulto) que vino muy chulillo a ella pero
luego decidió que "de acuerdo tú llevas las riendas del juego",
sin mediar ni un sólo gruñido por supuesto, sólo viendo lo que
corre, salta y regatea doña Rita. Subió a casa orgullosa y
satisfecha pintado con barro sus huellas dactilares en faldas y
perneras porque no dio tiempo de secarla con una toalla. Nadie
se inmutó. Al revés. Ya había llegado mi hermana, mi cuñado y
mi sobrinazo. Mi cuñado, aunque es un tiarrón tiene miedo a
los perros… bueno, digamos que… no se fía. Mi hermana, los
tiene terror y mi sobrino, tiene alergia. Pero claro, Rita es la
alegría y la educación personificada así que, mi hermana fue
chupadabrazadabesada sin rechistar y además, con los grititos
de nervios y felicidad escapados como de una olla a presión,
Rita se sintió sumamente compensada. Mi aguerrida hermana,
hasta se dejó "morder" y todo. Le dije:
-Por favor, hazme caso, agáchate, deja que ella te bese,
y deja que coja tu mano con su boca, no te muerde, ¿no lo
ves?- y, por primera vez en “tricidici” años, se dejó hacer.
El cuñao vio que la niña no es león y se pegaron de lo lindo y
mi sobrino, lleno de ronchones y picores (tras profundo beso de
amor rituno) decidió marcharse después de un buen rato,
porque no se sentía con fuerzas para decirle que no, que no
podían jugar.
-¡Cómo le digo que NO con esa carita que me pone, tengo
que irme...!- palabras textuales.
Con cada uno de nosotros juega distinto pero con Raúl
coqueteaba. Se sentaba justo enfrente de él. Parecía tan
pequeña... y le miraba fijamente torciendo su carita. Luego se
ponía de pié encima de él y acto seguido, se echaba al suelo
con actitud de saltar y provocar el juego (las patas delanteras y
la cabeza a ras de suelo y con el culete levantado, ¿sabéis?)
pero en vez de saltar, se daba la vuelta y le ofrecía la tripilla.
Mil lindezas completamente diferentes a todas. Sin ladrar, de
una manera muy dulce, no sé explicarlo. Mi sobrino decía todo
colorado entre risas que le estaban "acosando".
Rita se ha vuelto a enamorar... no la puedo dejar sola un
momento.
Así que, creo que hay tres fans nuevos en el club de Rita.
Mi hermana le hablaba:
-Hola, cariño, estoy preparando los aperitivos, pero, hija, no
puedo darte que esto no es bueno para ti.
Mi niña movía la colita y se quedaba con ella mirando. En
plena sobremesa, mi hermana (para mi es un triunfo y una
maravillosa terapia para su terror) se agachaba espontáneamente
para acariciar con sus dos manos la cabecita de mi
perra y besarla sin reparo. Le salió sin pensar y se sintió muy
feliz.
-¡Quién me iba a decir a mí que iba a estar con una perra tan
loca durante tanto rato y...TAN ENCANTADA!
Tras el café y la copa, llegaron mis vecinos (saltos y
felicitaciones de nuevo), con dos niñas (bebés preciosos), por
lo que éramos unas diez personas y Rita. Estaba pletórica.
Pendiente de las niñas, de los mayores, acariciada y mimada
por todos. Un par de horas después, los hombres se fueron a
ver fútbol y nos quedamos solas, tranquilitas, descansando de
tanta juerga. Una que yo me sé, durmió una siesta de miedo
mientras yo contaba batallitas de mi perra a petición del
auditorio, ejem, ejem.
Por la noche: nos bajamos de nuevo a la calle y mientras la
veíamos olfatearlo todo, se nos acerca un husky siberiano de
4x4 metros de grande. Yo no quise respirar siquiera, me salió
muy bajito para que sólo me oyera J.: "¡Un husky!" como si mi
marido fuese ciego el hombre. Yo temo a los huskies sólo
porque algo de ellos le hace desconfiar a Rita, pero supongo
que aunque el carácter del husky sea “alobado” debe influir
mucho también el dueño que le toque en suerte…Sin embargo,
esta vez la peque no se inmutó. Aunque no dio tiempo a mucho
porque el SR. DUEÑO gritó desde lejos:
-¡Chico, que es una niña, eh, a ver qué pasa que es una
niña...!
(¿?)
Y yo pensé: "Y si no le llega a decir eso, ¿qué hubiera
pasado con la niñaaaa?". Lo llevaba suelto, sin bozal y a 10m
de distancia de él. Ya, ya, qué exagerada…, como el SR.
DUEÑO nos explicó: es que, mi perro es el amo del barrio...
Al momento, aparece un pastor alemán del mismo porte y
tamaño arrastrando a su dueña.
EL SR. DUEÑO VUELVE A GRITAR:
-¡Oiga!, ¿es su perro macho o hembra? (Macho, era macho);
-Pero ¿es cachorro todavíaaa? (sí, de 10 meses);
-¡Ah, bueno entonces, vale!_.
¿Vale? La señora se acerca.
Y EL SR. DUEÑO LE VUELVE A GRITAR:
-¡¡Señora, eso no, si se acerca a esta perra, entonces la
liamos!!
Y nos explica a nosotros que “su perro se cree dueño de
todas las perras y, la vamos a tener”.
¡Me parece a mí que hago en un pis-pás una interpretación
freudiana, bien ajustadita a este rollo!
Odio esa actitud, ya es el segundo TIPO que nos advierte
que su perro es el dueño del barrio y que no nos preocupemos
que nuestra perra está "a salvo" a su lado. Tendríais que haber
visto la estampa de los primeros TIPEJOS. El perro no le
alcanzaba a Rita ni puesto firme, de lo pequeño que era,
ladrador e igual de pendenciero que el dueño aunque, al
menos, no podía hacer mucho daño, pero el del husky... ¿por
qué no dejan a sus perros campar y relacionarse a sus anchas
con sus congéneres? Tal vez aprenderían muchas cosas sobre
comportamiento humano... Si tu perro es bueno debería poder
correr y jugar con los otros perros buenos del parque y si no es
bueno, pues analízate primero y llévalo con la correa, segundo.
¡O ponte tú la correa y… el bozal!
En fin, que mi perra hubiera jugado con el husky (porque el
otro, que sí quería jugar con ella, era demasiado "beibi-patoso"
todavía y le asusta con sus arranques brutotes, nos lo hemos
encontrado otras veces) pero como estaba ocupado
defendiendo los derechos de pernada de su SR. DUEÑO, así
que nos fuimos a otro parque y tan contentos.
Ella, se relaciona alegremente con perros y personas, sabe
con quién puede jugar y con quién no y no intimida a nadie.
Está creciendo de manera equilibrada y sana, creo yo. Es
buena, muy buena e inteligente.
Hoy domingo, la despedida ha sido más triste, porque en
cuanto la peque ha comprendido que nos íbamos, se ha ido a
su cama a dormir y no quería ni moverse. Nos ha emocionado
a todos. Mi padre casi lloraba y si no fuera porque somos un
equipo y no queremos dejar a J. solo en aquel pueblo ingrato,
nos habríamos quedado...
Ha vomitado en el viaje, aunque paramos muchas veces y
en sitios donde podía jugar y correr (todo el trayecto avanza a
través de pueblos y parajes naturales donde apenas hay
curvas, además, al ser carreteras nacionales no se puede ir
muy rápido) pero no le ha sentado bien desayunar. Todavía no
“las tiene todas consigo”, por eso el estómago se le encoge con
el miedo. En fin, nada serio porque en cuanto ha entrado en
casa ha comido, bebido y se ha puesto a jugar.
Estamos cansados pero felices, Papichuchi y ella duermen
ahora una siesta improvisada y yo escribo sin descanso para
contar las mil cosas que hemos hecho.
19 de marzo de 2.002
Imprimiendo estoy las fotocopias para recoger las firmas que
pide La Fundación contra el Proyecto Ley sobre el régimen
Jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos.
Hay que frenarlo. Me abruma pensar en la de gente que aquí
me verá como un bicho raro por lo que les voy a pedir, supongo
que mi familia y amigos serán un buen grupo a favor.
De momento, ya tengo un primer reproche después de la
vuelta. Me acostumbro a los paseos relajados, a saludar y ser
saludada con afecto, a que la gente no se retire ¡incluso
ignoren que paso por ahí, qué maravilla! y llego al pueblo sin
acordarme de nada. A lo que iba: qué asco, de verdad, y
perdón por la franqueza. No se puede caminar por el pueblo
(4.000 hab. y 8.000 vehículos y todos en marcha a la vez). Rita
se pone muy nerviosa porque no dejan de pasar coches y no
cabemos por las calles sin aceras. Discotecas y bares, genial,
pero servicio de limpieza en todo el pueblo y aceras, no. No
soy ninguna retrógrada pero hay cosas que estoy descubriendo
-ahora que tengo perro- que no me gustan nada. Un niño no
puede corretear tranquilo: ¿cómo lo va a hacer un perro? Si
para ellos no existen. No creo que encontremos en este pueblo
mucha gente que quiera firmar la hoja. No.
Rita quería acercarse a una chica embarazada y yo no le
dejaba por si acaso pero al vernos, fue ella quien la llamó.
Claro, ¡es que Rita la conocía de una mañana de paseo que se
cruzaron y la futura mamá la saludó con cariño! Rita no olvida a
un amigo. Esta chica me ha contado que tiene "un sobrino"
como Rita pero que su cuñada no puede sacarlo por el pueblo
porque la gente no quiere a los bóxers por aquí. ¿Os dije que
notaba comentarios "tontos" últimamente? Confirmado.
En fin, el paseo empezó genial, porque nos fuimos al campo
y por allí, sin nadie molestando y con tantas cosas sanas que
oler, Rita y familia ¡somos felices!


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